lunes, 9 de julio de 2012

Algunas palabras más sobre el debut de Raf Simons en Dior Haute Couture

La semana pasada sucedió una de las cosas más esperadas para todo el mundo: el debut de Raf Simons en Dior. Después de marzo del año pasado han cambiado decenas de cosas para la casa y hasta para los clientes, quienes se han ido, han regresado y han traído nuevo dinero para la marca.

¿Fue la colección algo que esperaba? Sí. Y me gustó. Mucho. En realidad el trabajo de Simons en Jil Sander se me hizo impecable, con todo y que a veces los estampados de sillón que ponía en sus prendas me desesperaban un poco. Pero en general se le ocurría una idea brillante tras otra. No hay que olvidar que si todos enloquecimos por el color blocking fue gracias a su colección de primavera 2011.

Y ahora podremos tener todo eso en Dior.

Las palabras "Dior" y "minimalismo" no suenan muy bien juntas. Después de todo, la historia de Dior viene de un momento de opulencia tras la guerra, en la que la gente se hartó de las matanzas, las privaciones y la tensión y durante la década siguiente se dedicó a fumar y beber champaña, vestir con las prendas más opulentas y construir casas perfectas con electrodomésticos, autos enormes y esposas elegantes y neuróticas que se dedicaban al hogar.

Dio igual que Christian Dior se haya muerto y hayan llegado los 60 y 70, porque la marca siempre fue lujosa y opulenta, incluso en los primeros 90 cuando lo exagerado se veía mal. Y entonces llegó Galliano, y pasó lo que ya sabemos con la marca.

Un Dior excesivo, histórico, decadente. Eso fue la norma durante casi quince años, una época maravillosa que fue de acuerdo con su tiempo (no me vayan a decir que los 90 fueron una época totalmente espiritual, mesurada y profunda) hasta que en la década pasada nos golpearon atentados y crisis económicas por doquier.

Ahora no nos importa tanto ser minimalistas, o vintage o usar color blocking. En realidad tenemos tantas opciones que no sabemos qué hacer con ella. Yo creo que todas las épocas tienen su propia superficialidad y tienen medidas diferentes para ella. Si te quedas demasiado en un concepto, puedes correr el riesgo de verte anticuado y desaparecer como negocio.

Hagan este ejercicio un día: piensen en la prenda más elaborada que conozcan y redúzcanla en su mente a las líneas más básicas. No sé, algo de cuando María Antonieta estaba viva o algo de principios del siglo XX. Olviden los bordados y encajes, quédense con lo más importante.

Es cierto, pierde mucho de su impacto sin tanto adorno pero eso permite que empiecen desde cero y se concentren en lo básico: en las costuras y en la forma en la que se construye la ropa. Incluso es más fácil percibir si una falda tiene mejor movimiento o si transforma el cuerpo de quien lo usa.

Es mucho más difícil hacer una colección de Alta Costura cuando te vas a lo más mínimo.

 

¿Galliano sabía hacer eso? Desde luego, era un genio de la construcción. Pero Simons es de esas personas que voltean un saco y muestran las costuras y el forro para que todos lo aprecien. Eso también es normal, puesto que su formación de diseñador industrial le enseñó a fijarse en lo más esencial.

Uno no es mejor que el otro, simplemente estamos viendo estilos muy distintos.

Me fascinó la forma en la que Simons reinterpretó la obra original de Christian Dior. Hizo el ejercicio de reducir todo a las líneas más básicas, vio cómo se lograban esas formas de reloj de arena en un saco y las imitó, pero decidió refrescarlas con pantalones, los cuales habrían espantado a Christian Dior por el simple motivo de no ser femeninos.

Con eso está empezando una verdadera nueva etapa en la marca. Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré y Galliano siguieron un estilo con sus toques personales. Raf Simons está comenzando con otro y es lo realmente sorprendente. Incluso la música es distinta.

Me llamó mucho la atención que pusieran Windowlicker de Aphex Twin en el soundtrack. Es una canción bastante sexualizada (el video es maravilloso pero no todo el mundo lo va a adorar) pero va bastante bien con la estética de Simons, quien tiene una afición un poco marcada por lo electrónico.

A Simons le encantan los 50: el diseño, los muebles y la ropa del tiempo. Pero tiene una idea muy fija de cómo debe hacer las cosas y, aunque en teoría choque con su estilo favorito, puede encontrar puntos medios para combinarlos o proponer una nueva visión.

Lo único que espero es que le permitan hacerlo.

5 comentarios:

Enrike LX dijo...

...Pienso de la misma manera, a mi tambien me gusto, y este es un cambio muy bueno para Dior, una vision Ultramoderna se podria decir.

Gaby dijo...

EXCELSO!!! mejor interpretación no pudo haber, bien dicen renovarse o morir, me gusta que regresen a sus inicios en busqueda de deseos y necesidades del cliente, en lo personal el trabajo que hay detras se me hace mas exquisito, que el objetivo mismo y la verdad a mi Galliano ya me estaba aburriendo (abucheos de a monton, pero asi pienso)

erich dijo...

Pues a mi no me llamo mucho la atencion, DIor es y sigue siendo conocido por las diferentes siluetas que introdujo, creo que raf pudo haberse arriesgado mas en buscar y propner nuevas siluetas y no solo imitar las muy conocidas que predominaron en al coleccion.

Píldoras de moda dijo...

Es su primera colección. Démosle un margen.

Diego Aragón dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, me encanto tu post.

http://www.lookatthestreetmex.blogspot.mx/